De ayer a hoy

YA NADA es lo que era, y va a serlo menos. Europa se desconoce porque se ha perdido a sí misma y nos ha perdido a todos, de la mano de una Doña Baldomera, la hija de Larra, lista y osada como él, e inventora de los créditos locos. ¿Sabrá la Merkel de quién hablo? Cuando Grecia entró en crisis, como acaso entre Italia, el eje francoalemán tardó demasiado en ejercitarse. Ellos no son lo que prometían ser. Ni Papandreu es Pericles; ni Grecia es el Ática y la Magna Grecia y Asia Menor. Una crisis que provocan los bancos, que tampoco son lo que eran, si se amainan con un capitalismo desatado por los Estados, en SOS, que van de quiebra en quiebra. Ahora es fácil culpar a personas, que fueron redimibles a su hora: Berlusconi, que no es Trajano, por ejemplo. Ni un G-20 ni un G-2000. Europa no estuvo nunca en las mejores manos, desde que fue la UE; pero ahora está acaso en las peores por desacreditadas en el más estricto y el más amplio sentido. Y acaso, por desgracia, no acabe aquí. Por eso, cualquier decisión ha de ser colectiva: ni Francia ni Alemania ni España ni Inglaterra son quienes fueron ni tienen las cabezas que tuvieron. Algunas por desgracia y por fortuna, otras.